Mi hijo no quiere que le lave los dientes, ¿qué puedo hacer?

¿Alguna vez tu hijo no te ha dejado lavarle los dientes? Aunque pocas familias me lo han confesado en la consulta, a veces la tarea de lavar los dientes se convierte en una lucha de llantos, nervios y gritos. Y ¿qué podemos hacer?

  • Lo primero y esencial es empezar a crear el hábito del cepillado lo antes posible (desde que erupcione el primer diente) y mejor aún, cuando todavía no hay dientes podemos utilizar una gasita humedecida o dedal de silicona para limpiar y estimular las encías. Recordemos que la fase oral del bebé hace placentero y agradable para ellos este masaje, pero tampoco es extraño que las primeras veces no nos dejen hacer casi nada.
  • No obsesionarnos: si pensamos que va a ser un momento de tensión, esos nervios se verán en nuestras caras, gestos, tono de voz, etc. Pensar que un hábito se construye gradualmente y que es una tarea que tendremos que realizar hasta los 7-8 años de nuestros hijos. Así que lo primero es preparar todo lo necesario e intentar hacer del cepillado algo divertido mediante juegos o canciones
  • Nos puede ayudar utilizar un reloj de arena para medir el tiempo (es una excelente distracción ver cómo cae la arena), una canción (hasta que no termine seguiremos cepillando) y en caso de desesperación, unos dibujos en el móvil o una pantalla (hay muchas canciones y vídeos sobre lavarse los dientes), y aunque no soy partidaria de los móviles o tablets, en este caso estaría justificado por el bien de la salud oral y dental.
  • Recordemos también que a los niños suele divertirles imitar a los mayores o a hermanos mayores que se cepillen solos: es una excelente oportunidad de cepillarnos y usar el hilo dental en familia. Recuerda que si tu hijo se cepilla solo, conviene que le cepilles tú después hasta los 7-8 años.
  • Evita que el cepillado se produzca cuando el bebé o niño esté muy cansado o irritable. Habrá días que se te haga tarde y sea un cepillado más corto, otros que le moleste algún diente que está erupcionando y no puedas cepillar alguna zona, incluso alguna noche que no seas capaz de cepillarle los dientes por el motivo que sea (todos somos humanos). Recuerda que la mañana siguiente, cuando tu hijo haya descansado puedes hacerlo, a pesar de que el cepillado más importante sea el nocturno, así que hay que intentar que siempre esté en nuestra rutina antes de ir a dormir.
  • Las rutinas en los niños son importantes: si tu hijo sabe que todas las noches antes de leerle un cuento hay que lavar los dientes, probablemente lo llevará mejor porque sabrá que eso ocurre todos los días de la misma manera.
  • Por cierto: desde que soy madre intento aportaros también un enfoque más práctico, ya sabéis que de la teoría a la práctica hay un mundo, cada niño es diferente y lleva cierto tiempo conseguir que lavar los dientes sea un momento de calma y diversión, así que mucho ánimo: no tiréis la toalla si cuesta un poco, merece la pena el esfuerzo: LA SONRISA DE TU HIJO TE LO AGRADECERÁ DE POR VIDA.
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